jueves, 14 de mayo de 2015

La infancia como construcción social - Por Pablo Russo para El Diario

Insertarse en el barrio, repensarse a sí misma y sumar voluntades a la acción son las motivaciones centrales que impulsaron a la Asociación Civil Barriletes a plantear cuatro Encuentros de Formación, libres y gratuitos, que se desarrollará los sábados a partir de hoy y que tendrán continuidad el 16, 23 y 30 de mayo, en su nueva sede de Courreges 189.
Barriletes sabe de cambios, de vientos que remontan hacia uno u otro lado su construcción colectiva. Cerca de sus 14 años de existencia y después de casi una década de trabajo en el galpón de Santos Domínguez al 900, la asociación civil mudó su sede este verano a una vieja casona del centro, en la esquina de Courreges y Perú. La antena de la radio comunitaria FM 89.3 ya está nuevamente en funcionamiento, mientras que las paredes recién pintadas hacen aún más notoria la ausencia de la gurisada del Paraná V, que solía corretear libremente por las viejas instalaciones. Decisiones estratégicas e institucionales, movimientos que abren interrogantes ¿qué es Barriletes hoy y cuáles son sus horizontes? Para quienes busquen respuestas y para aquellos interesados en esta organización y su trabajo con la infancia, la invitación está abierta para participar de los Encuentros de Formación, los sábados de mayo.

ENCUENTROS. “Desde el año pasado venimos organizando estos Encuentros de Formación, que surgen de la necesidad de contarle a los demás qué hacemos acá en Barriletes; y también para todos aquellos que tengan ganas de sumarse y de participar de lo que la asociación propone”, explica Soledad Deu, músico terapeuta y una de las talleristas a cargo. “Para este año, la particularidad es que invitamos a la parte de comunicación, la radio y la revista; y también a la gente de Casa Solidaria que contará su experiencia en el último encuentro”, agrega. “Barriletes está abierto a la comunidad, y muchas veces las personas se acercan buscando una manera de ayudar o colaborar, y lo hacen con diferentes representaciones sobre lo que es la asociación. Incluso nosotros, los que estamos adentro, las tenemos. Es muy difícil dar cabida a esa pluralidad sin que obstaculice el funcionamiento de la organización. Entonces, los Encuentros de Formación tienen como uno de sus objetivos ponernos de acuerdo sobre ciertas cosas en las que trabaja Barriletes”, dice Kevin Jones, otro de los productores de la movida.
“Nosotros tenemos que responder sobre Barriletes ¿por qué trabaja con niños? ¿Por qué de esta manera? ¿Por qué con comunicación, y por qué se la llama comunitaria? ¿Por qué decide juntarse con otras organizaciones? La idea es que los encuentros sirvan de mapeo general de lo que Barriletes es, y que los que vengan compartan y se lleven los relatos de todos aquellos que estamos acá, para que la persona pueda hacer una inclusión, integrarse a Barri. Para eso, al final habrá una instancia en la que se les proponga formar parte de algún espacio específico, según los intereses que hayan manifestado, y alguien de Barriletes los va a acompañar en ese proceso”, detalla Kevin. “Tenemos que hacernos cargo de la palabra “formación”, que implica todo un proceso de vernos a nosotros enunciando y valorando saberes que se construyeron acá adentro. Está bueno entender que, después de 14 años de vida, no es que nuestra historia sea una construcción azarosa ni que los que estamos acá hacemos lo que queremos; sino que hay cierta idea política que nos rige, cierta manera de hacer las cosas, y lo que queremos es poder comunicar todo eso bajo el concepto de formación”, indica el joven mediador de lectura a cargo de la biblioteca Esos Otros Mundos.

UN POCO DE HISTORIA. La Asociación Civil Barriletes nació meses antes del estallido popular, en agosto de 2001, por voluntad de un grupo de personas interesadas en replicar a nivel local la experiencia de la Fundación “La Luciérnaga”, de Córdoba, centrándose en la edición de una publicación de calle. La revista “Barriletes” se convirtió así en una oportunidad laboral para familias vinculadas a la Residencia Socioeducativa “Chicos de la Calle”, construyendo un medio de comunicación que a su vez abordara temáticas sobre vulnerabilidad social. Barriletes se consolidó entonces como una organización de la sociedad civil que fue avanzando en otras líneas de trabajo relacionadas con la juventud, lo educativo y lo cultural. Los lemas que sintetizan esta labor, según su página web, son “Trabajo Digno y Solidaridad Social para una Ciudadanía Activa” y “Comunicación y Educación Populares para una Transformación Sociocultural de la Ciudad”.
Las actividades regulares que se sostienen son organizadas a partir de tres líneas de acción: Comunicación, Trabajo y Expresión. Su primera locación se la brindó AJER (Asociación Judicial de Entre Ríos), hasta que en noviembre de 2006 mudaron sus instalaciones a un predio con casa y galpón en Santos Domínguez y Artigas. Ocho años después, en febrero pasado, se cambiaron a la actual casona en la zona céntrica, en espera de poder comenzar las obras para el domicilio propio en terrenos que el gobierno cedió en comodato a un par de cuadras de donde están ahora. ¿De qué manera se convierte una ONG en un espacio de construcción de infancias? “Es algo que se dio cuando se hacía el armado de las primeras revistas, venía toda la familia desde los barrios muy lejanos del centro, entonces de repente había chicos pululando por el espacio, lo cual llevó a la necesidad de proponerles actividades. Con el tiempo y la mudanza a Santos Domínguez, Barriletes empieza a ser pensado como un espacio amable para los pequeños que se acercaban a participar de múltiples actividades. Ahí nació la batucada, por ejemplo, que luego se transformó en un área de expresión con una grilla de talleres” narra Kevin.
“El año pasado, los talleristas nos sentamos a reflexionar sobre nuestro accionar y concluimos que nuestro trabajo tenía una marca específicamente infantil, por eso se decidió cambiarle el nombre del área, de expresión a Área con niños y niñas. Por otro lado, pensamos que Barri tiene que trabajar con chicos porque la infancia no es un hecho dado, sino que es una construcción social y cultural. A una persona de 6 o 7 años le puede suceder no tener infancia, no vivir su infancia si no están dadas las condiciones. Por lo tanto, parte de las posibilidades y decisiones de la organización es generar momentos de construcción de infancia. En ese sentido, un taller es una instancia donde, ante todo, el chico que llega –y nosotros también- puede comportarse como un niño. Es muy importante que se genere esa memoria de la infancia, y es por eso que laburamos”, señala Kevin.

Vínculos especiales

El trabajo territorial en Paraná V sigue vigente a pesar del traslado de la sede: cada viernes, los chicos se encuentran con los talleristas frente al Centro de Salud Arturo Illia, con quienes se articula el trabajo institucional en la zona. Además, de forma más espaciada, las talleres se trasladan hacia Villa Mabel. “Los chicos sintieron nuestra partida, pero fue una decisión sabia seguir yendo al barrio aún sin espacio físico, porque el vínculo es muy fuerte. Este año seguiremos así y el próximo, veremos. Nosotros también, como talleristas, nos estamos acomodando al nuevo espacio, al nuevo barrio”, cuenta Soledad.
“Ellos tomaban la casa de Barriletes como un territorio. Por eso el segundo encuentro se llama “El taller como territorio”, porque lo que queremos pensar es cómo el acto de ir a hacer un taller puede crear un territorio específico en el lugar que sea”, precisa Kevin. En estos Encuentros de Formación, los participantes tendrán un primer acercamiento al desempeño de la ONG, pero no incluirá el trabajo con niños y niñas. Eso será parte de un recorrido posterior, para quienes decidan sumarse a la institución. “Barriletes es la posibilidad del encuentro con el otro, que está basado en el respeto y en el amor.
El sentido de mi tarea acá me la dan los chicos con los que trabajamos día a día”, expresa Soledad. “Para los que llegamos después, los que no estamos desde el principio, es increíble y fascinante poder trabajar en algo que otros soñaron, porque de alguna manera quienes crearon Barri nos dieron un lugar a nosotros, sin conocernos. Un lugar donde podíamos formarnos, ya que muchos transitamos el espacio como estudiantes, y donde poder conocer a otras personas y experiencias. Y que esto alguna vez haya sido un sueño le da la posibilidad de reinventarse y cambiar, cada año o cada semana”, propone Kevin.
 
Pablo Russo 
para El Diario 
9 de mayo de 2015

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